Las medidas anticipatorias

Uno de los grandes cambios que introdujo la teoría y práctica Pikleriana se trata de la importancia de explicarle al bebé todo lo que va a suceder, o lo que vamos a hacer sobre su cuerpo.

Este ejercicio lleva implícito un cambio de posicionamiento hacia el niñ@ ya que los adultos dejamos de ser “las personas activas” que accionamos sobre el cuerpo del niño “pasivo”. Este cambio nos posiciona desde la interacción: ¡las cosas que haremos las haremos juntos!

 

A través de la explicación por parte del adulto, con un relato claro y breve, se hace saber a los pequeños las cosas que sucederán, anticipando así también lo que le sucederá a él mismo. Esta anticipación es esencial ya que le dará tiempo y le permitirá prepararse emocional y físicamente para lo que vendrá, más aún si se trata de actividades que le disgustan o generan malestar. Desde que son muy chiquitos comprenderán que nos dirigimos a ellos, que los reconocemos y le damos valor al diálogo, tanto a través de nuestras palabras como de los gestos que las acompañan.

¿Cuántas veces hemos agarrado a un bebé en brazos y llevado de un lado para el otro sin mediar palabra?

Con seguridad tod@s alguna vez hemos realizado acciones sobre niñ@s sin avisarles o preguntarles… Les hemos limpiado la nariz rápidamente, o les hemos sacado cosas de las manos, o cambiado la ropa o incluso el pañal.

Como sociedad hemos naturalizado este tipo de acciones sobre los niños, cuando nunca se lo haríamos a otro adulto! ¿Cuál es el mensaje que les damos sobre el respeto de su cuerpo? ¿Qué escucha ofrecemos a su capacidad de respuesta?

 

  • A través de las medidas anticipatorias lo que hacemos es avisarle y también a la vez pedirle permiso. Algunas veces obtendremos una negativa de su parte y tendremos que aprender a respetarlo: tienen sus propios gustos, deseos y también temores.

 

  • También habrá situaciones en las que a pesar de que el niñ@ no esté a gusto, tendremos que realizarlas de todas formas. Frente a estos casos será aún más importante recurrir a la palabra, explicarles claramente el por qué debemos realizarlo y reconocer y validar su sentimiento frente a ello. Es válido que les disguste realizar determinadas cosas, o que les de miedo otras… esto no significa que no debamos realizarlas pero sí es esencial acompañarlos en la comprensión de lo que está sucediendo.

 

Una herramienta a utilizar es explicarles que lo que realizaremos (a pesar de que le genera miedo, malestar, pereza, dolor…) lo haremos porque es estrictamente necesario. Contarle los motivos de forma clara y enumerar los pasos a seguir. Transmitirles así que si no fuera sumamente necesario no lo realizaríamos porque reconocemos el sentimiento que les genera.

¡Nos vamos a sorprender de que al comprender esto l@s niñ@s logran acceder de una forma más segura y menos angustiante!

Es importante tener presente que anticipar implicar “hablar antes” de llevar a cabo las acciones. No se trata simplemente de verbalizar lo que está sucediendo si no de poder anticiparlo y de esta forma ofrecerle al niñ@ un marco seguro y estable. Seguramente tengamos que repetirlo varias veces, de forma clara, más no olvidemos que a través de esto les estamos ofreciendo un marco segurizante, les brindamos la posibilidad de comprender lo que está pasando y lo que sucederá posteriormente.

 

– Adaptación de los textos de la Lic. Eliana D. Satulovsky, y Romina Perez Toldi (www.tetaaporter.com) –